martes, 27 de noviembre de 2012

TREKKING C.B. EVERST POR GOKYO (Continuación y IV)




Dia 23 de Octubre de 2012

El vuelo de regreso a Katmandú ha sido placentero, acaso un poco triste por lo que dejamos atrás. Por otro lado, sentir que nuestros cuerpos vuelven a la normalidad también se agradece.
Esta vez, la avioneta tiene un aspecto como de más nueva, que yo tomara asiento junto a la puerta de emergencia, es pura casualidad.

Tras varios días de ausencia, la vuelta a Katmandú presenta un aspecto algo diferente.
Coches, motos, casas, se encuentran adornadas por flores naranjas. Los hindúes, sobre todo ellas,  lucen coloridos vestidos. Es la fiesta del Dashain que termina mañana.

Durante el mes de Kartik en el calendario Bikram Sambat (finales de septiembre y principios de octubre), el pueblo nepalés disfruta de la fiesta más grande del año, el Dashain. Los quince días de celebración se produce durante la brillante quincena lunar que termina el día de la luna llena. La diosa Durga en todas sus manifestaciones, es adorada con ofrendas abundantes y miles de sacrificios de animales para el baño ritual sagrado, por lo tanto, empapando a la diosa durante días en la sangre.


En el Dashain se conmemora la gran victoria de los dioses sobre los demonios malvados. Una de las historias de victoria  es la Ramayan, donde el señor Ram después de una gran lucha, mata a Ravana, el rey de los demonios diabólico. Se dice que el señor Ram tuvo éxito en la batalla sólo cuando la diosa Durga fue evocada. La celebración principal glorifica el triunfo del bien sobre el mal y está simbolizada por la diosa Durga y el terrible Mahisasur, demonio que aterrorizó a la tierra en forma de un búfalo  brutal. Las primeras nueve jornadas, significan los nueve días de batalla entre la diosa Durga y el demonio Mahisasur. El décimo día es el día en que fue asesinado Mahisasur y los últimos cinco días simbolizan la celebración de la victoria con la bendición de la diosa. El Dashain se celebra con gran regocijo, y la diosa Durga es venerada en todo el reino como la diosa madre divina.
En el Dashain cada casa se limpia y decora, como  invitación a la diosa madre, para que ella pueda visitar y bendecir la casa. Durante este tiempo el reencuentro de familiares lejanos y cercanos se producen en todos los hogares. El mercado está lleno de compradores en busca de ropa nueva, regalos, lujos y suministros para las ofrendas a los dioses, así como productos para la fiesta de la familia. Se sacrifican miles de ovejas, cabras, patos, pollos y búfalos.

Los primeros nueve días de Dashain se llaman "nawa ratri", se realizan ritos tántricos. En Nepal, la fuerza de la vida se manifiesta en la energía divina y el poder de la mujer, representada como la diosa Durga en sus muchas formas. En la mayoría de los templos de la diosa madre, la deidad está representada simplemente como un Kalash sagrado, una jarra de agua o una diosa esculpida con múltiples manos sosteniendo las armas asesinas. Durante estos nueve días la gente paga su tributo a la diosa. Si ella está contenta, da buena suerte en el camino y si por negligencia enfureció, las desgracias están alrededor de la esquina. La Diosa Madre es la fuente de la vida y la muerte.
Después de Dashain, en Nepal, se instala de nuevo  la normalidad. Después de recibir la bendición de la diosa Durga, la gente está dispuesta a trabajar y adquirir la virtud, el poder y la riqueza. El Dashain es la más esperada de todas las fiestas de Nepal.

Nosotros no somos Hindúes, así que a lo nuestro: Bajamos de la avioneta y en  "modernos medios de transporte" nos vamos al hotel, un establecimiento sencillo que tras los lodges que nos han albergado en estos últimos días, nos parece de lujo.
Ducha de agua caliente, afeitado y a la calle, que hay que aprovechar estos días que nos quedan.
Fernando G. nos conduce a una pizzería que ya teníamos en la agenda.
Acompañadas con cerveza, nos entran de primera. Las condenadas pizzas estaban buenas.


Con el postre todavía sin digerir, cogemos unos taxis y por polvorientas calles, callejuelas y avenidas, nos vamos a Swayambhunath o mas fácil: "templo de los monos".
En lo alto de una colina presidida por una gran estupa, se encuentra este complejo en el que vemos a unos monjes budistas jugando a lo que parece ser su deporte favorito: el fútbol.
Y es que también hay un monasterio y diferentes establecimientos en los que los artesanos manejan delicadamente sus herramientas. Un museo y una biblioteca completan este curioso emplazamiento.
Desde este punto tenemos una vista espectacular de Katmandú aunque para espectacular, la pose de nuestras chicas, delante de la estupa.








Y lo de "templo de los monos", es porque en este sitio, la concentración de macacos sagrados es impresionante.
Entre banderas de oración, árboles, tejados, cables y algún que otro turista, estos simios van ofreciendo al visitante espectaculares saltos y de vez en cuando un buen susto, ya que las peleas entre machos son de agresividad bastante pronunciada.

Damos un paseo por el sitio, montamos, de nuevo, en unos taxis y volvemos al hotel en el que nos espera un microbús. 
Al grupo de Valladolid y a nosotros, la empresa que nos ha proporcionado el tema de porteadores y guías, nos invita a cenar a un restaurante de su grupo de empresas y que su lujo contrasta con la miseria de Katmandú. Supongo que la invitación es por promocionar el sitio, pero visto lo visto, el mensaje no ha calado en mí.
Pero como "a caballo regalado no le mires los dientes", cenamos las viandas que el chef nos ha preparado y de paso celebramos el cumpleaños de Maite. Le cantamos el "cumpleaños feliz" y Piedad que está en todo, le regala una lágrima (de joyería) y terminamos la velada entonando canciones tradicionales de la variada geografía hispana.

Vuelta al hotel y a dormir.
Buenas noches.

Día 24 de Octubre de 2012
Hasta mañana no cogemos el vuelo de vuelta, así que hay que aprovechar la jornada.
Tras el desayuno (europeo), de nuevo cogemos tres taxis y nos vamos a Pashupatinath, a las afueras de Katmandú.
Cuando llegamos, pasamos por una serie de tenderetes que nos llevan a una plaza en la que un gran columpio fabricado con cañas de bambú, llama nuestra atención. La altura a que ascienden los niños, asusta.
Pashupatinah es sin duda uno de los sitios que más me ha impactado de Kathmandu. La ciudad funeraria se encuentra a orillas del Bagmati, un río tan sagrado para los nepalíes como el Ganges para los indios.
La gran ciudad ceremonial hindú consiste en varias edificaciones y templos. El principal, destinado a Shiva, tiene la entrada vedada a los no hindúes por lo que tenemos que contemplarlo mirando desde su gran puerta. 
Sin embargo esto significa poco comparado con la aventura de caminar sin rumbo por la mística ciudad, salpicada de templos menores y esculturas, atiborrada de santones (saddhus), a los que por una pequeña propina se les puede fotografiar. 
Las orillas del Bagmati ofrecen una única y fuerte experiencia : La de presenciar las cremaciones muy de cerca. La vida y la muerte, la fortuna y la extrema pobreza, forman parte de un ritual emotivo, íntimo y escalofriante.
La mayoría de los nepaleses van a parar al fuego al término de sus días, pero no los “saddhus”, que al ser hombres sagrados no necesitan purificación: simplemente son depositados en el agua para que se los lleve la corriente directamente al “cielo”.
A mí, sinceramente, me causa un impacto muy fuerte, no ya las cremaciones en sí, ni algunas personas metidas en el río buscando dientes de oro, anillos..., sino lo poco íntimo de la despedida del ser que se va. Veo como un turista se mete, literalmente,  entre una triste familia por sacar fotos lo más cerca posible.
Para mis adentros pienso: -cuando yo...-
Hace calor y buscamos un sitio donde refrescar nuestras polvorientas gargantas, el polvo y el humo con olor a ..., han hecho mella en nuestras ya castigadas vías respiratorias. Vemos un local en el que por el equivalente a 0,25 €, nos tomamos lo que cada cual le apetece.
Posteriormente nos trasladamos hacia el sur, concretamente a Patan. Ya hace algún tiempo, en vísperas de iniciar este viaje, hablaba de Patan y de su plaza Durbar, declarada Patrimonio Mundial de la Unesco. Unos jóvenes, tañen sin parar una campana.

Tras Maite, Piedad y Lola, vemos el Templo de Oro (Hiranya Varna Mahavihar), construido en el siglo XII por el rey Bhaskar Verma. Este monasterio budista de tres alturas está adornado con una fachada dorada, cuatro puertas grandes, una torre con reloj y dos esculturas de leones. En el interior hay imágenes doradas de Buda, esculturas de pared, y una rueda de oración.





Durante la dinastía Malla, los más famosos talladores y canteros recibieron la orden de engalanar el lugar. Patan fue consolidándose como centro básicamente budista. Su gran cantidad de templos y monasterios hace difícil detallarlos, además son famosas sus fuentes públicas y los patios ornamentados.
En Patan conjugan varios tipos de templos, entre ellos el que esta dedicado a la Diosa Real Taleju Bhavani. El estilo artístico importado desde la India resulta notable en la shikara (forma de barco) dedicada a Krishna Mandir, esculpido en piedra. Por su parte, el templo dedicado a Ganesh; el dios con cabeza de elefante que brinda fortuna, luce una excelente muestra de esculturas eróticas. Entre las pagodas que se pueden apreciar, se encuentra el Templo Dorado del Monasterio Nagi, con puertas y ventanas talladas y tejados recubiertos de dorado. El Templo de los Mil Budas resulta muy curioso, con una imagen de buda en cada uno de los ladrillos que integra el edificio. Así pues, Patan resulta una ciudad llena de cultura y arte arquitectónico.

Con nuestras cabezas inundadas de monumentos y las bolsas con té y sal del Himalaya, adquiridos en un establecimiento al uso, nos vamos al Thamel, los estómagos andan tocando a fajina y Fernando nos recomienda para hoy el "Everest Steak House"
Los taxis nos conducen por estrechas calles haciendo sonar constantemente el claxon, hasta el establecimiento. En una planta superior, nos colocamos en una larga mesa en las que unos piden cerveza y otros agua . Javier y el menda, nos levantamos a inspeccionar la bodega en la que una buena colección de vinos internacionales nos invitan a decidirnos. Lo hacemos por uno argentino que no debe de estar mal, algunos cambian agua por el sagrado producto de la vid.
Como la carne ha escaseado en los días de trekking, la pedimos en abundancia.
Nos sirven unos enormes bistec de búfalo importado de Calcuta con unas patatas fritas (que están buenísimas) y variadas verduras.
La carne que en principio nos parece que va a sobrar, nos entra como si no hubiéramos comido en mucho tiempo, esta rica, rica.

Y como es nuestra última tarde en Katmandú, nos vamos de compras. Pronto vamos a ver a nuestras familias y amistades y adquirimos diversos regalos: pashminas, abalorios, patucos, etc.
Tras tan agotadora jornada, algunos parecen no tener fondo y se van a cenar (no a todos les entra la cena en condiciones). Maite y yo que nos consideramos suficientemente alimentados por hoy, nos recluimos en el hotel a preparar el equipaje para mañana.
Buenas noches.

Día 25 de Octubre de 2012

Nos despertamos con la grata noticia de que el vuelo de Doha a Madrid lo adelantan de horario, lo que supone menos tiempo de espera en el aeropuerto catarí y llegada a casa antes de lo esperado.
Desayunamos y recogemos todos los equipajes en dos habitaciones que nos han dejado para tal fín ya que hasta las cinco y media de la tarde, no nos recogen.

Nos trasladamos a Bodhanath, allí se encuentra la mayor estupa de Nepal, emblema de la comunidad tibetana.
Se halla situada en el centro de una plaza redonda, rodeada de multitud de tiendas de recuerdos tibetanos, restaurantes y variados locales de artesanos.
Ciertamente, aunque no seas religioso ni realices ninguna compra, el pasear por la plaza mezclándose con multitud de gentes (hindues engalanadas por el Diwali, monjes budistas, turistas, etc), resulta agradable.
Nosotros, bueno Maite, aún hace alguna compra y tras retratarnos ante la estupa, volvemos a Katmandú.
La Gran Estupa de Bodhnath
Fernando nos lleva al restaurante en el que cenamos la primera vez, antes de comenzar el trekking, y que nos resultó muy agradable.
Comemos abundantemente (hay que recuperar peso), unos y otros tomamos la palabra, brindamos por lo bien que ha salido todo y volvemos a recoger el equipaje.








El resto lo voy a resumir en: aeropuertos, aviones, autobús y ya el siguiente día, 26 de octubre a las quince horas estamos en Zaragoza.
Algún familiar ha ido a recibir a "Os Estalentaos".
Aunque parece que cuesta un poco, nos despedimos, pronto nos veremos por el Pirineo.
Han sido tres semanas que en nuestros adentros (por afuera, se nos nota), no vamos a olvidar facilmente. Ya en su día,  cuando decidimos el destino para el 2012, intuimos que la cosa iba a ser completamente diferente a otros que teníamos en la cartera.
Hemos disfrutado de grandes paisajes, conocido un pueblo completamente diferente al nuestro, visitados grandes templos y monasterios, sufrido el mal de altura. Hemos dado rienda suelta a un montón de emociones, alguna lágrima, muchas risas.... Hemos subido y bajado cuestas, cruzado puentes, tragado  polvo. Pero lo más importante, todo esto y más, lo hemos compartido día tras día, un grupo de personas a las que nos une la afición por la montaña y que hemos sido muy bien guiadas por Fernando Garrido. También hay que hacer mención especial al  shirdar  Nuru, a los sherpas Pasang y Kaji y a los cinco porteadores cuyos nombres no se, pero si se de lo duro con que se las ganan. No me olvido de las familias que regentan los lodges, del esfuerzo que tienen que hacer para en cotas tan elevadas y con los medios mas rudimentarios, proveer a los que allí nos alojamos del mejor de los servicios. Gracias a todos
Y finalmente, a todos  "Os Estalentaos",  es un placer compartir todo esto con vosotros y digo yo: -si ser estalentao conlleva lo arriba mencionado, "yo m´apunto"
Hasta otra.
"Os Estalentaos en Barajas"





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