martes, 16 de abril de 2013

NORDIC WALKING POR EL QUEILES

Día 14 de Abril de 2013


Recorrido

Distancia: 18,15 Km. - Desnivel ascenso acumulado: 290 m. - Desnivel descenso acumulado: 520 m.
Perfil del recorrido
Son las cinco y media de la mañana, suena el despertador. Fuera legañas, fuera pijama, me pongo ropa de andar (poca, hoy anuncian calor) y saco a Atos a pasear. Hace tiempo que, el muy perro,  no sale al monte, va cumpliendo años y le ponemos límites, nosotros ya los tenemos puestos. Zaragoza está tranquila, solo un joven que, a duras penas, intenta andar en linea recta. No lo consigue. Más arriba, otros tres, emulan a Alberto Contador, y montando sobre las bicicletas públicas que se hallan ancladas en su estación, tiran de ellas una y otra vez. El Tourmalet de Sagasta, da al traste con sus intenciones y abandonan "su hazaña". Así son las mañanas de un fin de semana en la ciudad.
Hoy salimos con los amigos del nordic walking. Ya se que, no hace mucho tiempo, en estas páginas comentaba que no es una actividad muy de mi gusto, pero pasar buenos momentos con buenas gentes, exige un poco de sacrificio. Dicen los entendidos que es una actividad muy saludable, ya que se ejercitan un buen número de músculos, vamos, que es algo así como volver a nuestros orígenes y a falta de cuartos delanteros, usamos los bastones de forma muy técnica.
Fernando da los últimos consejos.
Con extraordinaria puntualidad, sale el autobús de Zaragoza cargando 28 almas con ganas de gastar calcetín. En el viaje, Maite y Mª Jesús nos van radiando la cantidad de conejos que a orilla de la carretera, se alimentan del fresco alimento que estas horas cubre los verdes campos.
Por vías bajo-moncaínas, nos adentramos en la provincia de Soria, el vehículo carga a más de un soriano, lo notamos por los puntitos que les aparecen en la dermis de sus brazos.
Ya en Vozmediano, tomamos un café, nos acicalamos con las prendas de caminar y, al paso que nos marca J. Miguel nos dirigimos en el sentido contrario al que llevaremos el resto de la jornada. Y es que vamos a visitar el Amanadero del Queiles. 
Castillo de Vozmediano.
Por un sendero bien marcado, dejamos el castillo a nuestra izquierda, situado sobre la roca viva de una peña que domina la población y bajo la que nace el segundo brazo del río Queiles. Cuenta con dos recintos, siendo el interior de forma rectangular, con una torre en una de sus esquinas y una gigantesca torre del homenaje de sillería en la opuesta. El recinto exterior, de considerable altura por los sucesivos recrecidos a que fue sometido, cuenta con varias torres cuadradas y alguna redonda artillera de época más reciente.  Actualmente, el castillo hace las funciones de cementerio para la población.
Gradas.
A nuestra derecha, unas gradas artificiales, anuncian el desvío que el hombre ha realizado  en el Queiles, a fin de instalar una piscifactoría.
En otros tiempos hubo más industria: había dos molinos, un batán y una fábrica de papel para liar tabaco, esto proporcionaba a los vozmedianenses trabajo.
La ganadería de este municipio es lanar y porcina. Destacan dos naves de porcino, hay colmenas y una fábrica de electricidad, que por lo que vimos, explota una compañía eléctrica navarra.


Amanadero del Queiles

El Amanadero, es una gran surgencia de agua que forma el nacimiento del Rio Queiles y que brota de repente con unos 1500 litros de caudal medio que es el 80 por ciento de todo su caudal y que la convierte en la segunda en importancia de Europa. Estas aguas que tendrían que discurrir por la cuenca del Duero, por formaciones y circunstancias geológicas van a parar a la del Ebro.






Con Maite, Lola y Luis en el Manadero.
Lógicamente, el rincón que alberga esta belleza de la naturaleza, es de tal encanto, que el grupo de "marchadores" no deja de admirar. Las cámaras fotográficas van inmortalizando el paraje y a tan distinguidos visitantes.
Falta mucho por caminar y Fernando nos indica que hay que dar la vuelta y comenzar la calcetinada.







Se ve quien es marchador

A buen paso, los nordicwalkingistas y los que no lo somos, vamos tragando metros, como decía el conde, sin prisa pero sin pausa.
Al transitar por estas latitudes, se ven el pino, roble, encina, nogal, chopo, sauce, acebo, zarza, y espino, cuyos frutos, la endrina (arañón en Aragón) se recolecta para la fabricación del pacharán. A nuestra izquierda, con suelo más duro, nace  el espliego,   tomillo y romero.


Por el camino.
Una pequeña paradita, para quien tenga prisas evacuatorias y nada, con alegre semblante proseguimos la marcha (o como se diga en la lengua invasora que da nombre a estas aficiones). Entre nosotros, pasa algún que otro ciclista que con gran habilidad nos sortea por uno y otro lado.








Farallones de Los Fayos
Unos impresionantes farallones, sobre los que vuelan varios alimoches. Estos buitres  crían en cantiles y roquedos, próximos a extensas áreas abiertas, donde buscan su alimento, restos de carroñas de ganado y cadáveres de conejo y reptiles, lo que le confiere un papel fundamental en la naturaleza como sanitario del campo.
Nos llama la atención, una roca que parece haber sido colocada dentro de una cavidad. A mi, que me registren.
A nuestra izquierda, ya vemos el dique del embalse del Val, que un túnel que ya, antes hemos pasado, se encarga de llenar.

Cueva de Caco
Aterrizamos en Los Fayos y el primer monumento a visitar, es uno que con una barra al fondo, sirve una buena y fresca cerveza. Una vez refrigerados nuestros poros, visitamos la entrada de la cueva de Caco. Dice la leyenda (también Fernando, a la vuelta, en el autobús), que se refugió, en una de sus huidas, buscando como casa una cueva que compartía con su hermana gemela y que utilizaba para guardar todos los objetos que iba robando. Muy cerca habitaba otro gigante igual de fuerte que Caco, Pierres y en cuanto se enteró de la llegada de un gigante a Los Fayos quiso conocerlo y así se encaminó a la cueva donde tuvieron un encuentro cordial como amigos y donde compartieron grandes cantidades de vino. A ellos se unió otro gigante, Hércules, y los tres juntos se encaminaron a Tarazona donde sus hazañas son recordadas en los relieves que adornan la Casa Consistorial de esta ciudad.
Ermita de San Benito

Posteriormente, nos dirigimos por un camino ajardinado y en subida (alguna tenía que haber), hacia la ermita de San Benito, excavada en la roca, dicen que en el siglo XII.
No se si Caco, acudía a misa los domingos con su hermana, pero lo que esta claro es que aunque poco, todavía queda camino por recorrer. Cogemos los bártulos y retomamos el camino hacia Tarazona.




Torrellas
Antes, pasamos por Torrellas, un pueblo que nos sorprende. 
La iglesia parroquial está dedicada a San Martín, y se construyó en el S. XVII. Su plaza Mayor, con soportales y caserones de piedra, es muy pintoresca.
Seguimos el camino y una vez más, divisamos el Moncayo, que desde vertiente soriana y aragonesa, no ha dejado de vigilarnos durante toda la jornada.
Seguro que este año, lo volvemos a subir.




El Moncayo.


Tras cruzar la carretera (N-122), la pista se pone cuesta arriba (ya era hora) y en un momento estamos en el cementerio (fuera) de Tarazona, donde el autobús nos espera para, una vez adecentados, trasladarnos a Vozmediano, de nuevo. Unas migas con huevo y un buen plato de bacalao, bien regado todo con vino navarro, nos deja las caras con buen color. Hay quien dice que ha sido el sol.
Con nuestros corazones bombeando sangre a nuestro estómago, el autocar nos lleva a Agreda, tenemos programada una visita a esta bella ciudad soriana, tan cercana a nosotros, los aragoneses.
Convento de Sor María de Jesús.
Desembarcamos en las puertas del cementerio (nada, que nos va la marcha), nos recibe Deborah, la guía de turismo que nos va a acompañar en la visita.
Comenzamos en el convento de sor María de Jesús. Primero vemos "el cuerpo incorrupto de la monja", su mano me recuerda a otra (esta humana, que no divina), que vimos en el campo base del Everest y que la baja temperatura la mantenía "incorrupta".
Nos cuenta Devorah, que sor María se bilocaba y estaba, al mismo tiempo, en Agreda y Nuevo Mejico (EE.UU.), lógicamente, las autoridades eclesiásticas le negaron la categoría de santa. ¡A quien se le ocurre!
Dicen que desde muy joven siempre sintió una clara inclinación por la vida clerical, tal vez imbuida por su propia familia quien, cuando ella apenas contaba con 16 años, convirtió la casa familiar en un convento, del que María llegó a ser elegida priora, y con apenas 25 años, abadesa. En 1633 fundó además el monasterio de la Inmaculada Concepción, dónde finalmente se trasladó la comunidad.
La Venerable, según se la conoce en la localidad, destacó en su época no sólo por su misticismo, santidad e inteligencia, ni tan siquiera por ser una de las más importantes confidentes y confesoras del rey Felipe IV. Tal vez, por lo que pasará a la historia, es por su labor predicadora en la Baja California, exactamente con la tribu de los xumanas. Según los relatos del franciscano Fray Alonso de Benavides, describe a una monja vestida de azul (de ahí que terminara recibiendo el nombre de “La Dama Azul”), que vio predicando entre los indios. Es más, a la llegada de las primeras delegaciones misionera, con el fin de cristianizar el territorio, los indios los recibieron con loas y su propio idioma, además de estar ya cristianizados. En todo momento los xumanas decían que era la Dama Azul la que les había contado que llegarían esos hombres, y la que siempre se les había aparecido. Vamos que "lo que dicen los xumaras, va a misa"

El cuerpo de la santa.
Y cuentan, que Sor María Jesús, jamás salió de Ágreda y a lo largo de los años la monja fue presa de diversos éxtasis que la llevaban incluso a levitar, cuando volvía en sí, contaba historias de lugares lejanos, y de personas que nadie conocía. En un principio se trató de que el hecho pasara desapercibido pero, su relación con el Rey, hizo que el Santo Oficio se interesara por su caso, ya que no estaban dispuestos a darle crédito y querían hacer ver a todo el mundo que no era más que otro ejemplo de posesión demoníaca que había que contener. La interrogaron en numerosas ocasiones, investigaron los escritos en los que relataba su labor misionera, llegaron a investigar toda su obra, sobre todo su “Mística Ciudad de Dios”, que llegaron a prohibir. Pero no hubo nada a lo que atenerse para justificar una condena. Lo único que lograron fue que su fama aumentara, y que el rey además de la correspondencia, pasara a visitarla en más de una ocasión.
Más tarde, Deborah me dice que "claro, es cosa de tener fe. ¡Vale!

San Miguel
Extasiados todos, proseguimos la visita. Pasamos por la iglesia de San Miguel,
Luego vamos al palacio de los Castejón. A pesar del empaque dado a la obra, su traza es sencilla, destacando su puerta herreriana adornada con balcón de frontón partido que porta el escudo de la familia y las torres gemelas rematadas por una galería de estilo aragonés. En su interior, destaca el sobrio y elegante patio de dos alturas, sustentado por columnas monolíticas, donde para acceder a la galería alta, debemos de hacerlo por una escalera cubierta por una cúpula ovalada de estilo florentino. Hoy, este Palacio de los Castejones, acoge algunas dependencias y servicios municipales de la Villa de Ágreda (biblioteca, escuela de música, centro cultural, sala de exposiciones, ludoteca, centro de acción social, etc) así como el importante Archivo Histórico Municipal de la Tierra de Ágreda.
A la vez que se construía el palacio, su propietario, Diego González de Castejón, se planteó diseñar un espacio ajardinado, recreado con la estética renacentista en la que los protagonistas serían los setos de nudos, las plantas aromáticas, las burlas y juegos de agua y un teatro vegetal.
Jardín del palacio de los Castejón
El Jardín Renacentista, es una recreación llevada a cabo después de complejos estudios históricos, espaciales y arqueológicos, cuyo hallazgos permitieron identificar el muro norte con sus nichos y pedestales para la estatuaria, actualmente recreados con celosías de madera. Dentro del primer jardín se diferencian varias zonas, destacando la central en torno a una fuente circular con surtidor, los parterres de los nudos, el teatro verde y el jardín de las hierbas que acoge a un buen número de plantas aromáticas, medicinales, culinaria y decorativas. Unos espejos le dan un carácter curioso al espacio.
Puerta
Un paseo por la villa, nos muestra varias de sus puertas en arco de herradura, así como el exterior de la sinagoga y la plaza Mayor con bonitos edificios como el del ayuntamiento, de estilo renacentista y que es punto final de nuestra visita por Agreda.
El cementerio ha quedado lejos y el autobús nos espera para regresar a Zaragoza, son más de las siete de la tarde.
En el regreso, Maite y Mª Jesús, vuelven a contar conejos, el resto del personal parece cansado. La jornada, si bien no ha tenido muchas cuestas, ha sido intensa y eso se nota. Hemos disfrutado de amanadero, naturaleza, cultura, leyendas y milagros. Solo de escribirlo, me canso, así que...
Hasta pronto

Pd.- No se que habrá sido de los personajes de la madrugada.



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