martes, 7 de junio de 2016

RINCONES DE MI PARAISO

             Algunas veces toca acercarse a paraderos de los que has oído hablar, que has leído de su belleza, que has contemplado en algunas fotografías; pero por mil razones, nos has podido entrar en la profundidad de estos sitios, en los que su magia acarrea las más profundas de las emociones.
               Y lo hacemos en compañía de estos amigos con los que, año tras año, como si se tratara de una costumbre institucionalizada, dedicamos un fin de semana a apretar fuertemente los lazos que nos unen, y nada mejor que hacerlo en cualquiera de los rincones que se esconden en nuestra geografía. Desgraciadamente, en esta ocasión, la décima, no estamos todos.
            Esta vez dejamos Aragón y nos dirigimos al Val D´Arán, tierra singular con lengua y administración propia. El Conselh Generau de Aran, recuperando su tradición histórica, está constituido por trece consejeros escogidos, en elección directa, por cada uno de los seis Terçons, divisiones administrativas históricas. Entre los trece consejeros escogen el Sindic de Aran, que es el Presidente.
            Una vez atravesado el túnel de Vielha, se siente un poco de la historia de esta tierra desarrollada entre las grandes montañas y el curso del  río Garona.
                Al Garona lo alimentan las nieves que escurren sus aguas por multitud de barrancos, algunos de ellos los hemos recorridos en varias ocasiones, pero este río es especial, recoge aguas de cuencas ajenas; el Aneto, montaña solidaria donde la haya, regala parte de su patrimonio hídrico al océano Atlantico.
                  En el año 1931, el espeleólogo Norbet Casteret sospechaba de que el agua que desaparecía por un forau (agujero en aragonés), el D´Aigualluts, tendría que salir por algún sitio, así que se fue de "finde" con la familia "pal monte", y dejó a mujer e hijos en unas cascadas que se encontraban en L´Artiga de Lin, y él, arreó con unos barriles de fluoresceína, camino de Benasque para arrojarlos al Forau. Cuando se encontró con su esposa Elisabeth, esta le contó que el agua había salido "color paella valenciana". El lugar se llama "Uelhs deth Joeu" (Ojos del Judío en Aranés).
             A este impresionante rincón del paraíso, no pudimos acceder en el año 2013 debido a la catastrófica riada del 18 de Junio, en aquella ocasión realizábamos la travesía del Setau Sageth (enlace a ella).

Cruce de caminos bajo las Maladetas...
...nazco allí arriba...
...hay árboles a mi alrededor, sombreados por la lluvia, iluminados por el sol...
...soy un río, voy bajando por las piedras anchas, voy bajando por las rocas duras, por el sendero dibujado por el viento...
...soy un río, bajo cada vez más furiosamente, más violentamente, bajo cada vez que un puente me refleja en sus arcos.
Yo soy el río. Pero a veces soy bravo y fuerte, pero a veces no respeto ni a la vida ni a la muerte....
...bajo por las atropelladas cascadas, bajo con furia y con rencor, golpeo contra las piedras más y más, las hago, una a una, pedazos interminables.
Llegará la hora en que tendré que desembocar en los océanos, que mezclar mis aguas limpias con sus aguas turbias,

           Más allá de cuestiones científicas, este lugar, desde hoy, queda incluido en ese paraíso imaginario que me estoy construyendo.
         Anuncian tormentas, o sea que sin perder el tiempo, nos vamos en dirección a Francia, poco antes de atravesar la, afortunadamente inexistente, frontera dejamos el coche en la coqueta aldea de Bausen y nos acercamos a descubrir el Hayedo del Valle  de Carlac. La GR-211-2, nos muestra milenarias hayas con formas caprichosas.
            Comenzamos por las calles de Bausen, aquí se puede ver una buena muestra de la arquitectura tradicional pirenaica, con sus peculiares fachadas con lo llamados “penaus” o escalones que permiten acceder al tejado y repararlo cuando así lo requiere. Nos llama la atención, la decoración con hojas de laurel en las puertas de las viviendas y de los corrales y cuya función no es otra que ahuyentar los malos espíritus. Y todo ello acompañado por multitud de útiles de labor y plantas con flores de colores de todo tipo.
        Entramos en otro trozo de la naturaleza que voy a hurtar para mi paraíso, "El Hayedo de Carlac".

Han tendido una espesa alfombra las hojas secas...
...los pasos se amortiguan para sonar como si camináramos de puntillas.
Un rumor allí...
...quizá una cara que se esconde...
 ...no soy capaz de distinguir pero alguien nos vigila desde los rincones...
...sobre los troncos muertos por la edad sin años.
Miramos fijamente los rostros de los árboles...
 ...buscando en ellos su raíz mineral...
...la que me lleve al interior del principio de los tiempos.
Es hora ya, de distinguir el camino de vuelta...
El bosque termina, ellos siguen.
Las nubes nunca esconderán la magia de las montañas.
Hay que despertar...
...pero en la memoria, todo permanece inalterable.

 De vuelta a casa, enseñamos a los amigos otro pequeño rincón, grande diría yo, que el hombre ha creado en el curso de los ríos y del que ya di cuenta cuando fuimos testigos de la inauguración de las "Pasarelas de Montfalcó" (enlace), me refiero al "Congost de Mont-Rebei".

Río Noguera...
...que aquí te apellidan Ribagorzana...
...esculpes la piedra como si fuere papel.
Nos dejas penetrar en tus entrañas...
...y rasgamos tu piel...
...dejándote una cicatriz...
...difícil de curar.
Pero nosotros, al igual que tú, a pesar de las cicatrices...
...seguimos caminando.
Hasta pronto.

Agradecimientos.-

  • A Conchita y Paco por perseverar en esta costumbre.
  • A Piedad por recomendarnos visitar el hayedo de Carnac.
  • A Encarna que, seguro, el próximo año estará con nosotros.

2 comentarios:

  1. ¡¡ Vaya sitio que te guardas !!
    ¿Cuándo lo compartirás?
    Gracias

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    1. Supongo que pronto, si los astros son favorable el mes que viene.

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