lunes, 17 de junio de 2013

AGRAMONTE A PEÑA NEGRILLA

Día 16 de Junio de 2013


Recorrido
Perfil: Distancia 12,9 Km. Desnivel acumulado + 1075 m. y - 1075 m.



Volvemos a gastar suela por El Moncayo, eligiendo esta vez como punto de partida las inmediaciones del Sanatorio de Agramonte. Si bien lo visité al término de la jornada, una breve introducción:
Una de las fachadas del sanatorio.
Se trata de un antiguo hospital donde los moribundos tuberculosos eran trasladados a fin de mejorar su salud con el aire puro de los monte, y donde, en el peor de los casos, pasaban sus últimos días alejados de la civilización.
Aunque no existen datos constatados de cuál fue su verdadero origen, al parecer, en sus primeros tiempos fue un lugar donde las familias adineradas acudían a pasar las vacaciones, pasear a caballo, y respirar el aire fresco de este entorno natural.
Rincón lúgubre.
Tras la guerra civil, en 1939 unas monjas se hicieron cargo del sanatorio, acondicionándolo para enfermos de tuberculosis. En sus inicios, los enfermos alojados eran únicamente mujeres y niños, y ya en los últimos tiempos, también algún hombre, hasta que en septiembre de 1978 cerrara sus puertas definitivamente. El Sanatorio de Agramonte pasaría a ser entonces lugar de actos vandálicos y satánicos de diversa índole, será por eso que lo he encontrado vallado.
Parece que suele usarse como lugar de peregrinación obligada para los amantes de los fenómenos paranormales. Psicofonías, apariciones espectrales y ruidos inexplicables, según cuentan, se dan en las salas de este antiguo hospital donde murieron muchas personas a causa de tan terrible enfermedad. A mi, no se me ha aparecido ningún espíritu, ¡que pena!. 
Entre pinos.
Hemos elegido subir a Peña Negrilla por el barranco y collado de Castilla.
Maite, Piedad y yo salimos de Zaragoza para encontrarnos con los "linces del Moncayo" Mª Jesús y José Luis Martín que desde Alberite de S. Juan acuden. Han dejado los aperos de la huerta y han cogido los de monte "valen para todo"
A las nueve de la mañana, comenzamos a andar, el día promete calor (ya toca) pero como en el monte la naturaleza ha instalado A/C, los primeros compases se soportan bajo la sombra de los pinos y hayas que cubren una senda que, suave en principio y un poco más exigente después, nos hace ir ganando metros y satisfacción en parecida proporción. Mª Jesús nos marca el camino a seguir.
Acebo
Cruzamos la carretera que facilita el traslado hacia el santuario del Moncayo. Se adivina cantidad de personal en el entorno más turístico del lugar, es decir por la zona de dicho santuario, nosotros subimos más solos que Aniceto el día que le dejó la Juana.
Cruzamos varios pequeños barrancos que desembocan en el principal, el de Castilla, que nuestros ojos no ven (de momento), pero nuestros oídos sí que perciben el suave sonido que sus aguas, que junto al cantar de multitud de pajarillos, nos trasladan a un concierto por el que algunos pagarían por asistir. Es la magia de la montaña.
Maite, de subida.
En las zonas más umbrías, encontramos restos de antiguos pozos de hielo y algunas edificaciones ruinosas que la vegetación adorna con la misma delicadeza que lo haría el mejor jardinero versallés.
Pero como la alegría dura lo mismo que las afirmaciones de Montoro (el ministro de hacienda), el bosque desaparece y bajo nuestras botas, lajas calizas que a veces encubre la retama de montaña, son la única sombra que vamos a tener. Pero ¡que caray!, estamos en las puertas del verano y ya va siendo hora de que pasemos calor.
Los cinco en Peña Negrilla.


Afortunadamente, aunque en los mapas de predicción climatológica no aparezca ninguna isobara, "el Moncayo siempre sopla", un fuerte viento refresca nuestras pieles y arranca de la cabeza más de un cubre-azoteas. Esto nos indica que ya estamos en el collado de Castilla. A nuestra izquierda se ve el Pico de San Miguel bastante concurrido. Al frente, la vista hace un homenaje a Piedad: es su tierra, ¡es Castilla!. Sus mieses siguen abonadas al color verde como queriendo negarse a tornar en el ocre anunciador de que la cosecha está a caer y este año, promete ser abundante, si Arias Cañete (Mº de agricultura) no tiene una de sus visiones y nos la j..
Ancha es Castilla
Al fondo, entre la bruma, se ven los picos de Urbión, todavía nevados y que nuestra amiga de la tierra, reivindica como destino para que se organice una excursión por la zona (¿?).
Tras hacernos una foto, un venturoso cordal nos lleva a una loma en dirección norte, desde donde la vista es impresionante. Solo la bruma impide ver el Pirineo, pero ante nuestros ojos, la comarca de Tarazona y los bosques de las faldas del Moncayo nos hacen olvidar el esfuerzo realizado hasta aquí.
Ahora, en vez de regresar por nuestros pasos, lo hacemos directamente hacia el barranco, por campo a través, descendemos con mucha atención, ya que como he dicho antes, lajas de piedra se esconden bajo el espesor de la vegetación descrita. Un pequeño resbalón, asusta al personal cuando Maite se echa la mano a una de sus castigadas muñecas, pero tras ser atendida por José Luis M., la cosa no parece tener mayor gravedad.
Jara
El viento que nos acompañaba, ha cesado y en la primera sombra que encontramos, sacamos nuestra artillería gastronómica que, todo hay que decirlo, nos la hemos ganado.
Ahora el bosque tapa menos los rayos solares, Lorenzo está en lo más alto y ataca sin piedad (no confundir con Piedad).
A la vuelta, paramos a fotografiar a una e las muchas jaras que flanquean la carretera y a despedirnos de la pareja moncaína que regresarán a Alberite de San Juan (la huerta les espera), despedida que realizamos frente a frescas cervezas.

Hasta pronto.


Todas las fotos, ¡aquí!

2 comentarios:

  1. El Sanatorio de Agramonte se construyó como hotel pero no llegó a inaugurarse por el estallido de la guerra civil. No fue tampoco un lugar para moribundos, sino un sanatorio para enfermos pulmonares, principalmente mujeres.

    Saludos!

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  2. Gracias Rocío por tu aportación. No soy historiador ni mucho menos escritor, por lo que tu rectificación la sumo a las múltiples fuentes consultadas, empero la tuya mucho más valorada por venir de alguien que conoce y patea aquellas hermosas tierras.
    Un saludo

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