domingo, 24 de agosto de 2014

BULGARIA - TREKKING POR LAS MONTAÑAS DE RILA Y PIRIN (Capítulo IV - Día 7 de Agosto)

Día 7 de Agosto de 2014

Calle en Bansko.
El desayuno que nos preparan en el hotel es...!interesante!. Cuando vuelva a casa, me peso, lo prometo. Dicen que en un trekking de estas características se pierde peso, "no se yo".
La fecha de hoy, está marcada en el programa como "de descanso y relax", de "dura jornada de visitas culturales y gastronómicas", la denomino yo.
Todos escoscados y con muda de festivo, salimos de paseo por las calles de Bansko. Hoy, Neli va a ejercer de "guía cultural" y es que además de montañera está licenciada en historia, ¡vaya lujo que hemos contratado!
La ciudad de Bansko, un centro espiritual, revolucionario y cultural durante el Renacimiento Búlgaro en los siglos XVIII y XIX, es hoy un famoso centro vacacional de montaña. Situada en el Suroeste de Bulgaria, en las faldas de la montaña Pirin, la ciudad está rodeada de decenas de fuentes de aguas termales. Bansko es el punto de partida hacia una única pista de esquí de 16 kilómetros, iluminada por la noche, y con una cobertura de nieve garantizada. Estos día se está celebrando el Festival Internacional de Jazz en el que, desde 1998, participan figuras de fama mundial.
Iglesia de la Santísima Trinidad en Bansko.
Desde cualquier punto de la ciudad, se divisa el campanario con reloj del Templo de la Santísima Trinidad. La escalera de madera que lleva al desván es coetánea de esta impresionante torre. Fue construida en 1850 y el mecanismo del reloj fue montado en 1865. La iglesia es aún más antigua y ha dado el nombre al complejo. Fue consagrada en 1835, al cabo de dos años de obras. El de la Santísima Trinidad, en Bansko, es uno de los templos cristianos ortodoxos más grandes de los Balcanes. El significado de este hecho es reforzado por las circunstancias en que apareció la iglesia.
Neli nos explica, en la galería.
En aquella época Bulgaria estaba bajo el dominio otomano. La edificación de templos cristianos estaba permitida sólo en sitios donde antes habían existido edificios de culto, templos y santuarios, y sólo bajo la condición de que el punto más alto del nuevo edificio no superase la altura de una persona a lomo de caballo.
Rodeada por una valla y un jardín lleno de flores, presenta en todo el contorno una agradable galería con soportales pintada de blanco y azul. El interior, de tres naves, es impresionante. Observamos el iconostasio de nogal labrado y las pinturas que cubren los muros, auténticas obras maestras realizadas por Veljan Ognev en el s. XVIII. Del mismo siglo son los iconos, obra de Dimitar y Simeon Molerov.
Horno en la casa de Neófit Rilski.
Abandonamos la iglesia y una puerta contigua nos deja en la casa-museo del fundador de la educación laica de Bulgaria y primer enciclopedista búlgaro Neofit Rilski (1793 - 1881). 
Se encuentra situada en un patio grande rodeado de muros de piedra y una pesada puerta de madera. El edificio es una típica representación de la casa fortificada de Bansko. Se le otorgó el estatuto de monumento arquitectónico con el número 87 del Diario Oficial del Estado del año 1967. En la planta baja hay un escondite, un lugar para amasar y locales agrícolas. 

Patio-jardín.
En la segunda planta están la sala, la escuela religiosa y el vestíbulo. Una gran galería conecta, a través de una terraza exterior, con los antiguos edificios de la granja.
Nicola Popetrov Benin, nombre secular de Neofit Rilski, nació en 1793 en Bansko. Cursó estudios de iconografía con el fundador de la Escuela de Arte de Bansko Tomá Vishanov-Mólera. Pintó en el Monasterio de Rila, donde pronto se convirtió en monje y más tarde en superior del monasterio. Dedicó su vida entera a la ciencia, la cultura y la educación y es el autor de la primera gramática búlgara. Entre los objetos expuestos ocupan un lugar especial la “Gramática búlgara” de 1835, partes de un diccionario griego-búlgaro y libros de su biblioteca personal.
La Casa-Museo de “Neofit Rilski” se inauguró en mayo de 1981, con motivo del aniversario de los 100 años de la muerte de Neofit Rilski.
Una de las habitaciones de Neofit Rlski.
Rosas búlgaras de Dobarsko.
Paseando por las calles de Bansko, regresamos a la puerta del hotel en el que Dimitri nos espera para en un corto viaje hacia el norte, dejarnos en Dobarsko.
Cuentan que Dobarsko fue fundada por soldados del zar búlgaro Samuil del ejército  de ciegos (solo veían por un ojo, nos cuenta Neli). Después de la Batalla de Belasitsa, en 1014, los soldados llegaron a la zona por el camino del Monasterio de Rila  y descubrieron un manantial sagrado que supuestamente les curó. 
Nos adentramos en el recinto de la iglesia y en sus jardines, un grupo de mujeres nos esperan para recibirnos.
Añadir leyenda
En un espléndido día, una a una, nos dan la bienvenida, nos regalan unas hojas y un ramillete con unas flores. Neli nos explica que son para desearnos prosperidad, fertilidad (¿?) y no sé cuantas cosas más.
Luego, entonan varias canciones tradicionales búlgaras, todas ellas relacionadas con el amor, la pareja, bodas, etc., vamos ¡que nos cogen "años tarde"!.
Claro, y como no hay boda que se precie, y no posea unos padrinos, pues que van las buenas mujeres y nombran a dos de nosotros, o sea a ...
¡Vivan los padrinos!
...Fernando y Maite. Poco a poco les van vistiendo. A él, sobre pantalón "nortface", le colocan una blanca camisa adornada por bonito bordado, chaleco y faja rojos y finalmente, un sombrero que le dan un aire caucasiano.  En su mano izquierda, la bandera de la prosperidad y a la derecha, una botella de rakia, ¡eso es un buen padrino búlgaro!.
A ella, una listada y larga falda, una camisa y chaleco parecidos al de Fernando, un pañuelo sobre los hombros y otro cubriéndole la cabeza. ¡Esta no es "mi Maite" ¡Vivan los padrinos!


Baile.
Y como en toda boda, finalizamos con un típico baile: Comienzan los padrinos y poco a poco, nos vamos sumando el resto de "estalentaos" y todo sea dicho, "se nota que habíamos practicado la noche anterior". Las buenas mujeres, nos piden algo del folklore de nuestra tierra y va "el Chema" y entona una de esas jotas que, lejos de tu pueblo, te ponen la piel de gallina (de gallina de verdad, no como la de la clueca de Ledeno Ezero). Terminamos, Maribel y yo, bailando algo parecido a una jota aragonesa y que las señoras agradecen con un aplauso. Hacía más de cuarenta años que nadie me aplaudía tras el baile que practiqué en mi juventud.
El ramillete de la prosperidad.
Flores en el jardín. ¡Ah!, y también había rosas.
Jesús en el ¿cohete?
Terminada la juerga, pasamos a la Iglesia deTheodore Tiro y Theodore Stratelates , pequeña construcción, parte de ella excavada en la tierra. Su construcción data sobre el año 1614, sus pinturas del 1672. A la izquierda de la puerta unas pinturas de los constructores Stanko y Smilen nos anuncian, lo que adentro nos vamos a encontrar. La iglesia es conocida por su abundancia de frescos e iconos originales, algunos de los cuales, tan originales como retratar a Jesús en una especie de nave espacial (cuentan que algún programa de parapsicología se ha realizado en el lugar). Una pequeña esvástica y una cruz en la pared oriental, son los únicos elementos en el exterior que muestran que el pequeño edificio de piedra es un templo religioso. Los frescos fueron limpiados y restaurados parcialmente en 1974-1978 y la iglesia es un monumento nacional de la cultura, así como uno de los 100 lugares de interés turístico nacional. En su exterior, se encuentra la fuente milagrosa de la que hacía referencia arriba.
¡Buen provecho!
Mucha boda, mucho baile, iglesia, astronautas...y sin comer.
Nos llevan a una casa típica (preparada al uso) para que pasemos a reposar los jugos gástricos que ya llevan tiempo interpretando una gran sonata.
Ensaladas, carne guisada y una especie de pasta con forma de rosca rellena de queso (Banitsa). Vinos, cervezas y rakia han regado el contundente menú y de paso, han dejado a los estalentaos (dentro del microbús), con los ojos más cerrados que el "túnel de Canfranc".



Juventud, divino tesoro.
La tarde la tenemos libre (por fin) en Bansko y la empleamos para pasear por la ciudad disfrutando de sus estrechas calles, los muros que rodean a las casas, de sus amables gentes que no dudan en compartir cualquier cosa con ellas.
Aprovechamos, también, para realizar algunas compras de regalos para la familia y como no, para sentarnos en una terraza y tomarnos unas cervezas.
La cena la hacemos en el patio del hotel, los músicos vuelven a amenizar la velada (el clarinete se vuelve loco) y las pizzas que nos sirven, nos dejan un poco afectados, lo que ayuda a que pronto estemos soñando con los angelitos (digo yo, que si tienen alas, no necesitarán cohetes, ¿o sí?. 
Una jornada, cultural, gastronómica, con poco desnivel, recorrido insignificante, día espléndido, decían que "de descanso", pero hemos terminado más cansados que cualquier otro día de trekking. 
Buenas noches.

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