martes, 23 de junio de 2015

DE FORMIGAL (SARRIOS) A CANFRANC, EN PLENO SOLSTICIO DE VERANO


Día 21 de Junio de 2015 (Solsticio de verano)
Corazón de sol.
  Las fiestas más o menos religiosas que por esos mundos se celebran, como por ejemplo la de San Juan, representan esa cultura que contempla lo exotérico: el sol como astro que nos permite la vida, que la naturaleza siga dándonos sus frutos; pero también lo esotérico: los rituales iniciáticos que tienen lugar en numerosos lugares de la tierra desde el 21 al 24 de junio. Tienen como propósito recrear la magia, cruzar la “Puerta”, dar el salto de una realidad a otra, la posibilidad de quemar todo lo viejo, mediante el acto de arrojar al fuego de las hogueras todo lo inútil, (por aquí estamos trabajando en ello). De la misma forma que todo es cíclico, nuestra naturaleza interna también tiene que renovarse.
Como este acontecimiento solar se relaciona con la purificación, la prosperidad, la abundancia y la fecundidad, algunas tradiciones populares cuentan que al amanecer del primer día de verano, las mujeres de los pueblos iban a recoger de las fuentes y de los manantiales la Flor celeste o Flor del Agua y se la bebían, creyendo firmemente que encontrarían a la pareja adecuada, se curarían de algún mal, o podrían concebir hijos. Durante este ritual solían entonar cantos específicos dedicados al rocío.
Hoguera en Letonia.
   La tradición de esta fiesta de raíces milenarias, se sigue celebrando en muchos lugares del planeta y en todos ellos, las costumbres son muy similares. Coinciden en el encendido de hogueras purificadoras o de adoración al Sol. En algunos sitios también se complementa con baños al amanecer, como un ritual de bautismo. Entrar en el río o en el mar para limpiar las emociones y después, dar tres vueltas en sentido contrario a las agujas del reloj alrededor de la hoguera. Este acto simboliza la purificación, para terminar se saltan por encima de las brasas entonando alguna oración de transmutación.
Por aquí, huyendo de las adopciones católicas de la fecha, hay quien siguen haciéndola coincidir con el solsticio de verano, ejemplo de ello es la del barrio de La Paz de Zaragoza en la que, incluso cada año, a la "fresca" de la hoguera, nombran un "Druida". 
Cartel del 2015
   En el mundo celta, la fiesta de Beltane (buenfuego en irlandés) es el anticipo de la temporada estival. Un puente entre dos estaciones: el equinoccio de primavera y el solsticio de verano y se celebra el primer día de mayo. Los Celtas aprovechaban esta época del año para dar gracias a los Dioses por haber protegido sus hogares y sus cosechas de los fríos y las nieves del invierno y a la vez solicitar de ellos la continuidad de esa protección y esa ayuda. Según la tradición, esta festividad esta dedicada a la Diosa Navia, la Diosa de las cosechas y la prosperidad, la Señora de las plantas, los árboles y las flores. La manera en la que los Celtas celebraban Beltane es particularmente bonita. Los druidas, antes del amanecer del primer día de Mayo, subían a los lugares más altos de la comarca acompañados de todos los habitantes de su pueblo para lo que ellos llamaban “el baño mágico del amanecer”. La ceremonia estaban centrada, como muchas otras de nuestra cultura, en torno a una enorme hoguera que los Druidas encendían en los últimas horas de la noche. Hoguera que preparaban entre todos repartiéndose por los bosques y recogiendo ramas de los árboles que a cada grupo de personas les era encomendado. 
Agua purificadora
Eran nueve grupos, porque nueve eran los árboles que debían aportar sus ramas al Fuego Sagrado y mientras recolectaban las ramas, los habitantes del pueblo bailaban y cantaban alrededor de los árboles. Los cánticos y los bailes seguían luego al calor del fuego. Cuanto el sol empezaba a apuntar en el horizonte, se desnudaban y cogidos de las manos de las personas más cercanas, dejaban que esos primeros rayos de luz bañaran sus cuerpos en un rito de purificación maravilloso (apunten esto los de La Paz). De esa manera pensaban que los Dioses, a través del humo que ascendía hacia ellos, conocerían mas a fondo sus sentimientos, sus verdades, sus necesidades, de manera mas clara y directa.  Otra de las costumbres de esta fecha esta centrada en el agua. Durante la tarde del día anterior se recorrían las fuentes de la comarca y recogía el agua para beberla en la fiesta del amanecer. Era una manera de purificar por dentro sus cuerpos y sus almas. Adornaban todo con flores y vestían completamente de blanco.
   No sé, no se yo si eso de ir en la noche de San Juan a ver si sale la mora del Ibón de Plan, es acertado. Habrá que probar en la "noche del solsticio de verano", pernoctando en "La Basa De la Mora".

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Vamos a lo que vamos:
De Formigal a Canfranc.
   Para ayer día 21, los amigos del Stadium Casablanca, nos habían preparado en su calendario, la travesía de Formigal a Canfranc, pero la celebración de la XXV edición de la prueba ciclista "La Quebrantahuesos", les ha obligado a retrasarla en un día, las carreteras de la zona quedan cortadas para la celebración del acontecimiento..
   Sale de la inmortal Cesaragusta, un autobús cargado hasta los topes, corrijo, menos dos plazas que se completarán en la villa de Sabiñánigo donde, todavía queda personal de ese gran acontecimiento de ayer.
   El bus sube el Monrepos, como con algo de pereza, como si necesitara algo que le despertara de sus viejos sueños, ¡ah, amigos!, pero la bajada, ¡que bajada!, el cacharrete nos demuestra los bien que le funcionan, todavía, los frenos y la calidad de las hondas hertzianas que capta el equipo radiofónico.
   Eso sí, los jefes del batallón, han conseguido una llave que nos abrirá las puertas del cielo, ¡ah, no!(eso era en el párrafo anterior), realmente nos abre la barrera para acceder al parking de Sarrios, en Formigal, y quitarnos un buen tramo de subida, desnivel y calor por asfalto, la mañana ya está calentando de lo lindo.
   Por la encorvada pista, al paso del gigante de acero, las marmotas corren de un lado para otro, asustadas de tan tremenda invasión. Yo también me asusto cada vez que son accionados los frenos de la máquina.
Foto pre-arranque.
   Ya aparcados y apeados, nos preparamos para comenzar una subida, que aunque algo light, tiene lo suyo: camisetas de manga corta (predomina el naranja), gafas de sol, crema protectora hasta los ojos y "testa tapada"
   A mí este entorno me parece algo desolador, lo siento. En invierno, en plena euforia del esquí, esto se llena hasta los topes, pero ahora... Ahora no se ve mas que montones de edificios vacíos, kilómetros de cables y arrastres sobre nuestras cabezas y un prado con mucho, mucho hierro suelto por la superficie del suelo.
Así es la cosa.
  Afortunadamente, las flores contrarrestan esa agresión con la fuerza que en este magnífico día les proporciona. Perdonen amigos, comprendo la riqueza que proporciona (a algunos) el deporte del esquí durante los pocos días que las condiciones los permiten practicar, pero me cabe la duda de si todo  ello compensa semejante destrozo durante el resto del tiempo.
   Pero en esta mañana, es mejor pasar un buen rato y arrancar por el prado. La pareja de guías nos llevan por buen camino, cierto es que hay quien busca el terreno mejor adaptado a sus condiciones.


¡Que pequeños somos!
  Una especie de gusano "ciempiés",  que es precisamente el resultado de multiplicar asistentes por garras, va ganando los quinientos metros de desnivel, que una vez superados algunos neveros, nos colocan en el Collado de Izas.
   Abajo queda el prado de la memoria, por encima de él, al Este, asoman montañas y más montañas: Foratata, Garmo Negro, Infiernos, Vignemale, etc.
Por delante de nosotros, hacia el Oeste: la impresionante mole de la Pala de Ip, que junto al Pico de Iserías, escoltan el de La Moleta, reivindicando su presencia en tan espectacular entorno.
La Moleta.
Con Lola, en el Collado de Izas.
  La parada con panorámica, la aprovechamos para descansar, avituallarnos, refrescar nuestros bellos cuerpos con la brisa típica de todo collado que se precie y mirar hacia el valle que nos queda por recorrer que como dice la frase popular: ¡no es moco de pavo!. Además, estos zagales se han empeñado en descender dando la vuelta a todo el circo que rodea al barranco de Blancas. Bueno, son unos metros más de recorrido pero está bien, a eso hemos venido.
   En este tramo, alguien, o sea un servidor, echa en falta el GPS, que tras una minuciosa búsqueda, es recuperado.


Edelweiss.
   En pocos minutos, "los sabuesos" ya nos hemos reincorporado al grupo, que está realizando una nueva parada y, de paso, observando con admiración unas flores edelweiss.
   Abajo, hacia el barranco de Izas, el ganado vacuno, espera con paciencia a que lleguemos los humanos, cosa que hacemos con gran humildad y respeto a esos "animalitos" que tan buenos productos nos brindan. Hay quien, entre tan numeroso rebaño, busca al toro responsable de la multiplicación vacuna.
   Poco a poco vamos descendiendo por la margen izquierda del barranco.
Cascada de Las Negras.
   El origen glaciar de este valle, permite observar como las aguas se abren paso entre rocas creando en su curso, cañones y cascadas como la de Las Negras o de Las Divinas, en la que divisamos a lo lejos, algunas personas refrescándose en este caluroso día.    Este valle es largo de narices, por lo que hay que seguir andando. En principio, el camino transita por pastizal, es amplio y cómodo de recorrer. Pasamos el refugio de Iserías sin detenernos, allá abajo comienzan a verse algunos árboles, bajo los que ya tenemos ganas de caminar, el astro rey a estas horas y en el día de más radiación del año, calienta de lo lindo.
Amapolas amarillas.
  La amapola amarilla, se suma a la gran variedad de flores que están adornando nuestro caminar.
   El valle se estrecha y comienza una fuerte bajada en la zona de La Cantalera, el suelo es de piedra suelta por lo que hay que prestar atención, lo que no es óbice para que alguien pruebe, con las nalgas, la dureza del terreno.
  Por fin caminamos bajo la sombra de avellanos, boj, pinos..., eso sí, en estas profundidades no se mueve el aire para nada y el calor se apodera del entorno hasta que observamos un pequeño embalse de captación de aguas y la pista que tenemos que coger.

Por La Cantalera.
   Ya va quedando poco camino, además hemos decidido comer en Canfranc (estación) y el sonido de las tripas resulta menos agradable que el de los pájaros que entonan sus bellas canciones a nuestro paso.
   La pista baja hacia el Coll de Ladrones, desde el que se ven, en primera línea, los picos del Águila y Borreguil de la Cuca y abajo, la Estación Internacional de Canfranc, para mí, una de las más bonitas y olvidadas del mundo. Sus viejos raíles, vienen del sur y van a ninguna parte, hacia la desidia de quienes se empeñan en "enriquecer la riqueza y empobrecer la pobreza". Prefieren llevar sus mercancías por lugares más rentables, electoralmente hablando, y abandonar a su suerte estos pueblos tan maltratados por la historia. Eso sí, en invierno presumen de haber esquiado en Formigal, o al menos de haber tostado sus jetas al sol en las terrazas de las estaciones de esquí.
Túnel hacia...
Estación Internacional de Canfranc.
Escaramujo.
    Entre floreados rosales silvestres (escaramujo, gabarda, tapaculos...), no sin algún resbalón, vamos llegando a nuestro destino de hoy, a Canfranc Estación.
    El autobús espera y de sus tripas, o sea del maletero sacamos prendas más cómodas y limpias que las que llevamos y, bocata en mano, nos dirigimos hacia algún establecimiento que nos sirva algún producto que reponga nuestras células del líquido perdido. Esta, no es tarea fácil, el primer intento es abortado por el propietario de una desierta terraza, que no voy a nombrar, que prefiere que siga así y no que la ocupen gentes de la montaña consumiendo unas jarras de cerveza, unos cafés y que se yo, lo que nos apetezca. Y si me entretengo en semejante tontería es porque en otra ocasión, mismo "asador": cervezas en mano, pagadas, en la calle llovía a cantaros, 16:30 h., dice la dueña- ¡váyanse a la calle, es hora de cerrar!. "Sin comentarios", en el resto del planeta, hay gente más agradable.
   Finalmente, en "La Panadería", como siempre, nos atienden con gentileza y tras realizar más de cincuenta consumiciones, volvemos al bus, hay fútbol y algunos quieren ver como al Zaragoza se le escapa la posibilidad de ascender de división. Es igual, la vida sigue y, sin tardar, volveremos al monte con esta gente del Stadium Casablanca.
   Hasta pronto

Si quieres ver más fotos, haz clic aquí.
Las de José Mari Alejandre, aquí.
El track, lo puedes ver y descargar aquí
Datos técnicos:
Recorrido

Perfil:  Distancia, 14,1 Km. Desnivel de subida, 501 m., de bajada 1091 m.

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