jueves, 4 de agosto de 2016

TOUR DEL ANETO ( Y IV)

Día 22 de Julio (¿Ascenso y Barranco de Mulleres?)


Camino de Mulleres
      Son las cinco de la mañana, suena el despertador. Me asomo al exterior a mirar como está el cielo: ¡estrellado!. Media hora más tarde, Armando, Chema y yo estamos desayunando.
    Cargamos las mochilas, crampones y piolets incluidos, en el coche de Mario que nos acerca a la boca sur del túnel de Vielha.
    El resto del personal, madrugarán menos y subirán por el mismo barranco que nosotros hasta los lagos.

Cascada en el barranco de Mulleres.
      A las seis y cinco, todavía en penumbra, comenzamos a caminar por el barranco de Mulleres, al fondo, mil quinientos metros más arriba, observamos nuestro objetivo.
      Al paso por el Plan dera Rasa, comienzan a aparecer las nubes, pero seguimos ascendiendo entre cascadas, usando las manos en algún momento.
    Poco más arriba, volvemos a mirar el cielo y las nubes lo cubren todo. Efectivamente, los pronósticos meteorológicos se están cumpliendo.

Al fondo, debería verse la Tuca de Mulleres.
       Valoramos si seguir hasta el refugio sin guardar, que se encuentra cuatrocientos metros más arriba con el fin de tomar una decisión, o renunciar. Definitivamente renunciamos; aunque para mí es la segunda vez que intento subir al Mulleres, como dije en el Collado de Basibé, "ya volveremos". Comienza a llover ligeramente y las rocas se están mojando, hay que bajar con prudencia. 
        Como la cosa va a peor, pensamos que no vale la pena que el resto de amigos suban por aquí y se me ocurre que podríamos encontrarnos en el refugio de Conangles, echar un bocado y volver a Aneto todos juntos.
P´abajo.
        Cuando la cobertura telefónica nos lo permite y les transmitimos la propuesta: ¡aceptan!
           Nosotros, los tres, seguimos descendiendo. Al paso por la zona de Espitau de Vielha, comienza a granizar. Aligeramos la marcha para introducirnos en el bosque a fin de que las hojas de los árboles amortigüen las "peladillas".
          Ya en el refugio, cuyo guarda conserva la "simpatía de otras veces", nos tomamos parte de la comida y esperamos la llegada del grupo con una cerveza.

Tras la tormenta, llega la calma.
        Tardan, con el walkie llamo una y otra vez a Félix, pero la tormenta, que de nuevo arrecia, y la distancia impiden la conexión.
        Cuando escampa, me acerco hacia la zona por la que tienen que aparecer y nada. En uno de los intentos, por fin, conseguimos contactar y, aunque les ha caído "la última jarreada pedrera" han podido cobijarse.
        Media hora más tarde los veo llegar, más frescos que una rosa, con ganas de atacar la nevera del Conangles.
        Comen, beben, comentan, ríen, charran... ¡Así somos los "estalentaos"!.
          Hay que volver a Aneto, por aquí parece que el día mejora, no así en las cumbres, que andan escondidas bajo espesos nubarrones.
Volviendo
        Por el momento comenzamos la vuelta transitando por la GR.11, dejando atrás el abetal de Conangles con ejemplares verdaderamente imponentes. A nuestra izquierda parte la senda de aproximación hacia los Besiberris.
        Nuestro camino transita por la margen izquierda del río Noguera Ribagorzana, su camino encuentra un obstáculo: es el embalse de Baserca o Senet, allí la GR.11 nos abandona, se va camino de Salenques, nosotros seguimos en dirección Sur.
Embalse de Baserca.
Ermita de San Clemente
    De nuevo nos ha atacado el calor, la subida hasta llegar a Aneto se nos hace penosa. 
     Poco antes de entrar en la población observamos la ermita de San Clemente. de origen románico, datada entre el siglo XI y XII, aunque ha sido muy modificada a lo largo de su historia principalmente en los siglos XVI y XVII.
        Llegamos a Casa Moliné, algunos sacamos de la mochila los restos del bocadillo y damos cuenta de él acompañándolo con...
Por la tarde, la lluvia impide acudir al cercano pueblo de Senet. Nos quedamos en Aneto, unos jugando al parchís, otros al guiñote, algunos aprovechamos un claro para recorrer las calles del pueblo.
Restos del pobre animal.
      Ha llegado la hora de la cena que, como la anterior, es potente y sabrosa. Hay a quien en el plato no le caben los restos de unas exquisitas costillas de cordero y, tras el postre, Pilar hija nos obsequia con unos "mojitos" aromatizados con la menta que cogimos por el camino en el día de ayer.
       Aprovechando el camino, tomo la palabra para despedir a Chema que mañana nos deja, reconociendo su dedicación a la montaña y a quienes compartimos caminos con él.
Palabras de agradecimiento.
        Esta vez sí, no sé si es por los mojitos, por la exquisita cena o porque ha dejado de llover, que el concierto no nos queda nada mal. Variadas canciones son entonadas por esta coral: desde las comprometidas letras de nuestros cantautores, hasta las emotivas jotas dedicadas a las Pilares. Se nos erizan los pelos de los brazos cuando Félix entona "S'ha feito de nuei", bella melodía de amor en la fabla chesa de la Val D´Echo.
        Previamente, Luis Casao había tomado la palabra agradeciendo a los de Casa Moliné el trato recibido por la familia y se les entrega a madre e hija unos recuerdos.
Desde mi cabecera.

          Poco a poco, vamos cayendo en brazos de Morfeo y por ser la última noche en Aneto, Maite y yo invitamos a todos a visitar nuestra habitación cuya cabecera está adornada por una gran fotografía mural en la que se aprecia toda la subida que realizamos en la segunda etapa desde Hospice de France hasta El Portillón de Benasque.
        Nos dejan y...zzzzzzzz!!!!
        Bona nuei.

Datos técnicos (Corresponden a los aportados por el GPS de los que intentamos la ascensión al Mulleres) :

Recorrido

Perfil:
Distancia, 17 Km.
Desnivel + 550 m.
Desnivel - 806 m.

Día 23 de Julio de 2016 ( De Espitau de Vielha a Vielha)
La última Albada.
       ¡Vamos a por la última!. Tras el desayuno nos despedimos de Mario, Pilar y Pilar, no sin antes dedicarles una última jota a quienes, en la pila el bautismo (y en el registro) adoptaron el nombre vinculado a Zaragoza.
    Por quitarnos el camino recorrido ayer, en un par de viajes, Mario y Pilar hija, nos acercan hasta el Espitau de Vielha, uno de los hospitales a que hacía referencia en la primera entrega del Tour.
       Hoy vamos a recorrer un camino con historia que, aunque en el 2013 algunos ya lo hicimos, en esta ocasión presenta un aspecto diferente.

Atrás queda el valle de Barrabés
      Hasta 1948, año en que se inauguró el primer túnel (el actual funciona desde 2007), el Puerto de Viella era el único paso para comunicarse con la Ribagorça. Aún es más, parte de la invasión napoleónica se produjo por el puerto de Vielha (1810) y Napoleón incorporó la Val dentro del Departamento Francés de la "Haute Garonne" que fue devuelto a la corona española durante el reinado en Francia de Luis XVIII (1815).
         La diferencia a que me refería en relación con el año 2013 es que en aquella ocasión lucía el sol, era un día caluroso.
Hoy no llueve, pero arriba las nubes se agarran al puerto.
Pronto nos reunimos.
         El paisaje anda escondido tras la niebla pero no importa, pese a ser "la última", la subida la realizamos como si fuera el primer día.
         Los del primer viaje ya han arrancado, los vemos a lo lejos. Los del segundo, china chana, vamos recortando espacio entre bosque de pinos y algún barranco como el del Port.
        Una vez todos juntos, ganando metros, nos vamos introduciendo en una densa niebla. Hay que abrigarse, cosa que hacemos a la altura de la Hont (fuente) de la Espona. En sus inmediaciones se encuentra na construcción que parece un bunker.
        Llegamos a un collado, ¿ya estamos? ¡no!, este es el Coll del Port Vielh de Toro, nosotros giramos hacia el Este. Nos cruzamos con una pareja que baja superabrigada -arriba hace frío- dicen.
Port de Vielha
Caprichos del tiempo.
        Tras pasar algún punto en el que hay que usar las manos, arribamos en el Port de Viella (2450 m.) con una niebla que nos impide disfrutar del paisaje que este punto nos ofrecería, como lo hizo hace tres años. La idea de subir a la Tuca del Port de Vielha (2605 m.), la cancelamos, no vale la pena cuando su atractivo son las vistas hacia los gigantes del Pirineo.
         Así que, tras la consabida foto de grupo, tiramos "p´abajo".          Los metros iniciales de bajada, discurren por un descarnado zigzag en el que cada cual hace gala de su técnica para no resbalar y dar con el trasero en el suelo.

Por canchal.
        Poco a poco, el desnivel y la temperatura de este largo descenso se van suavizando, aparece la hierba. En un pequeño llano con vistas, realizamos un descanso para echar un bocado y un trago.
        Entre nube y nube, asoma el Estanh de Hont Hereda, pequeño entre grandes paredes. Siguiendo el camino llegamos a la Cabana deth Pontet que se encuentra en un bosque de grandes ejemplares de abetos.
         Los que ya estuvimos aquí, sabemos que, independientemente de indicaciones, al llegar a un mirador hay que bajar por un fuerte sendero que metido en un bosque de hayas, pinos, abetos, avellanos... nos deja en una pista por la que, parece, hay una competición de MTB. No existe ninguna señalización pero los ciclistas bajan a "toda pastilla" y nosotros pasamos a correr más peligro que en toda la travesía.
Cabana del Pontet.
Aguas abajo...
          A nuestra izquierda corren las aguas del río Nere, ya se ven las primeras casas de Vielha. He llamado a Maite para informarle de nuestra llegada y para que salga a nuestro encuentro.
            En la misma puerta de la iglesia de Vielha, nos hacemos esa penúltima foto de grupo y damos por concluido el "Tour del Aneto", celebrando haberlo hecho, como es costumbre, sin ningún incidente y con los lazos de amistad, "más prietos".
        Terminamos el contenido gastronómico de las mochilas en una terraza brindando por los que estamos y por los que se han ido.
         Nos retiramos al alojamiento y por la tarde, todos pulcros y aseados, bajamos a las oficinas de Camins a devolver algún material, agradecerles los servicios prestados y fotografiarnos vestidos con las camisetas del Tour del Aneto.
Tan verdes como el primer día.
       Tras la cena, como de costumbre, es el cava, algunos obsequios con los que nos sorprende Maite, y varias palabras cierran la última de las jornadas del trekking pirenaico de "Os Estalentaos" del 2016. Algunos, nos iremos en unos días al de "más allá", por ínsulas portuguesas.
     Mañana volvemos a casa, parecerá que nos falta algo y es que siete días de marcha, lo aseguro, unen a la gente. Desde el primer paso hasta el último de ellos, desde la primera cuesta hasta el descenso más acusado, desde L´Albada hasta el "¡zzzzzz!!!!", calor, frío, risas, canciones, ronquidos, desde los logros hasta los fracasos...con estos hombres y mujeres ¡la cosa es fácil!

"Arriba los compañeros
que ya ha llegado la hora
de tener en nuestras manos
lo que nos quitan de fuera".
Hasta pronto.


Datos técnicos de la última etapa:
Recorrido.

Perfil:
Distancia, 13,8 Km.
Desnivel + 856 m.
Desnivel - 1456 m.

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